lunes, 28 de septiembre de 2009

Gran vía

La mirada fija en el cielo, mientras asciendo poco a poco las escaleras, la gente se agolpa, la gente te invade el espacio, pero empiezo a respirar aire fresco, y me siento mejor, el mp3 vomita una canción tras otra, y desemboco en la calle...miro hacia atrás y veo un cartel de metro que pone Gran Vía.

Allí estoy, en la parada de metro de Gran vía, próxima a un Mcdonals, al otro lado del cristal, un hombre mayor con gafas de culo de vaso abre la mandíbula en un giro imposible y castiga sin piedad el big mac que chorrea de su mano....¿metáfora de la sociedad en que vivivimos? o simplemente es la fotografía que explica aquel pecado capital: la gula.

Aparto la mirada y el estomago lo agradece, miro alrededor, decenas de seres humanos caminan de un lado a otro, alguien canturrea una canción mientras espera, aquella chica de vestido rojo escribe de manera sistemática un sms mientras sonríe...¿un mensaje de amor quizás?

Un coche de policía estacionado en mitad de la calle, sin ocupantes, una plaza repleta de gente donde conviven, turistas, ancianos, adolescentes, hombres y mujeres que salen de su trabajo, traje, chaqueta y corbata, móvil en mano hablando sin parar, también hay prostitutas que ocupan los laterales de la calle, ofreciendo su cuerpo desatado, a quien huérfano de cariño, se pare a repostar.

Yo sigo en mi mundo, ocupado por mi música y mis pensamientos, pero de repente algo capta mi atención.

En el centro de la plaza un chico de unos 24 años, metro noventa, pelirrojo, extremadamente delgado, acaricia con las manos la cara de una mujer, mientras la besa apasionadamente en los labios, los ojos cerrados, el sentimiento emana de sus cuerpos.

Se despegan, ella le mira a el por una fracción de segundo, una mirada cargada de ternura, mientras esboza una sonrisa, el la corresponde, pero su sonrisa no es igual, no puede disimular que tras sus dientes blancos se oculta la tristeza.

Se tocan la mano, y ese es el último instante, a el lo engulle una boca de metro y ella camina despacio a ocupar de nuevo su lugar, aquel lateral de la calle, camina con la mirada perdida, agarrándose a un sueño imposible..dibujando otra vida, lejos de este lugar.

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