lunes, 21 de septiembre de 2009

Fotografía

Un semáforo en rojo marca el inicio, en el fondo la torres Kio señalando un punto del cielo, una luna fantasma convive con el sol de la mañana, en algún árbol un pájaro canta, es un canto rebelde en mitad del bullicio de la mañana, un canto que provoca, y enfrenta el sonido de las máquinas..

Y vuelvo la vista al semáforo, su cambio de color provoca la estampida de gente, de una acera a otra, los ojos fijos en el horizonte,cada alma tiene una función, un objetivo, una rutina que cumplir, el movimiento en grupo es un movimiento mecánico, unos cuantos de pares de piernas y brazos que se mueven en mitad de la mañana.....pero queda esperanza.

La esperanza está en el contacto que nos recuerda que somos seres humanos, así que aquella chica de la segunda fila de gente, tropezara de manera fortuita, con aquel chaval que lleva una gorra roja y unos pantalones anchos y la revista que de sus brazos cae al suelo sera un pretexto para que en mitad de la carretera sus ojos se encuentren...

También saldrá de la manada, aquel chico con el pelo rapado y camiseta naranja, al ver a una anciana con dificultades para cruzar la calle, la cojera del brazo, y se sentirá un repentino placer de poder servir de apoyo, por su parte la anciana tendrá reminiscencias de juventud, al sentir el contacto de un brazo joven y fuerte.

Y en la esquina dos adolescentes se comen a besos como si no existiera mas mañana, que esta mañana, prolongando en cada beso su propia existencia, convirtiéndose en parte de una fotografía eterna.

Yo mientras seguiré deteniéndome en cada pequeña historia, andando despacio, arañando el espacio y tiempo de camino al trabajo..observando a la gente, y pensando en ti.

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