lunes, 21 de septiembre de 2009

Saturday Morning

Comienza un nuevo día, el día está con los ojos abiertos, el sol aprieta, en su intento de amar intensamente, cada cuerpo, cada organismo vivo, lo percibo al despertar, cuando aún aturdido, levanto la persiana y sus rayos atraviesan de punta a punta mi rincón particular, bordeando mi cuerpo, tatuando un nuevo capitulo en mi piel.

Primera percepción de la mañana, mientras, el aroma del café recién hecho, se cuela por el hueco de la puerta, mnnnnnn, empieza la fase de coordinación de mis extremidades, brazos y piernas se mueven al compás marcado por el aroma a café, y de una forma mecánica, dirijo mis pasos a la cocina y me preparo mi primer café del día.

Me siento en el sofá y enciendo la tele, entre sorbo y sorbo de café, mordisqueo un sandwich de pavo y queso.

Y se suceden los vídeos musicales, el café caliente despierta mis sentidos, la música me evade, es como si todo poco a poco se pusiera en marcha, se activan los engranajes de mi cuerpo y de mi mente, los pensamientos empiezan a fluir, pienso en el destino...

Destino es la bola blanca de un billar imaginario, nosotros somos las bolas restantes, definiendo nuestra posición por número y color, esperando que comience la partida, una y otra vez, esperando el impacto, que nos lleve a encontrarnos en la mitad de la partida...

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