domingo, 24 de enero de 2010

Libertad.

Era verano.
No era un verano cualquiera.
Frente al mar.
Apoyado en la ventana.
Contemplando las olas romper.
Trece años acumulados en los bolsillos.
Unos labios por besar.
¿Cómo se besa?
Se pregunta.
¿Cómo actúa la alquimia en estos casos?
Para encontrarte.
Para encontrarnos.
Mientras la brisa le contempla.
El sueña.
Con unos labios.
Que no conoce.
Pero el destino le concede una oportunidad.
Esa misma noche.
Entre el paseo marítimo.
Anda ella.
Dos grupos que se mezclan.
El silencio habla por él.
Los mas atrevidos de sus amigos toman posiciones.
Dos alfiles para una reina.
El avanza con pisada de peón.
Comienza la partida.
Evalúa las oportunidades.
Y avanza una casilla.
Su movimiento es una mirada.
Un "me gustas" directo a sus ojos de reina.
Todo sus sueños en un instante.
Toda su valentía en ese momento.
Redoble de olas.
La brisa es un suspiro.
El tiempo se detiene.
La reina.
Avanza.
Hacia él.
Es un movimiento rápido.
Fin de la partida.
El movimiento de la reina.
Sacrificó al rey.
Pero juntos de la mano se les ve.
Peón y reina.
La luna estuvo presente.
En ese instante.
En que besó a la reina.
Se llamaba Libertad.

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