martes, 26 de enero de 2010

Poison.

Fue anoche.
Lo sé.
Al abrir la puerta del armario.
Allí cuidadosamente doblados.
Una retahíla de pijamas.
Azar.
Elegí uno al azar.
Sin saber que estaba liberando a la bestia.
Una polilla se desató del bolsillo.
Transparente.
Inyectada de olvido.
De todos mis olvidos.
Mis deseos perdidos.
Naufragios.
Buques sin puerto.
Miradas del fin.
Contagios de tristeza.
Asientos vacíos.
Emblemas de ti.
Amaneceres tardíos.
Entrañas desligadas.
Cementerios gratuitos.
Espejos sin reflejos.
Lunas en cuarto descarte.
Primaveras acartonadas.
Carne sin huesos.
En huesos sin ti.
Y después nada.
Dolor vacío.
Y una picadura que mata.
Que envenena en la distancia de un recuerdo.
De tí.

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