viernes, 4 de diciembre de 2009

Babel Tower

Soy un botones, trabajo en un hotel céntrico de Madrid.
Mi trabajo es un mirador desde el cual atisbo numerosas historias que apunto en mi cuaderno de bitácora.
Mi ámbito laboral es el mundo entero, porque cada día trato con seres humanos de todos los rincones del planeta.
Me gusta detenerme fugazmente en las miradas de la gente que me confía sus maletas.
Miradas de ilusión, miradas de ojos abiertos a nuevos horizontes, miradas cómplices, miradas de amor, miradas perdidas, miradas cansadas, miradas tristes.
A las 5:00 de la mañana, el despertador suena y tras una ducha rápida, mis pies se dirigen a mi torre de Babel.
Una vez dentro saludo a mis compañeros, y ocupo mi posición.
Mis ojos fijan un punto en la puerta giratoria de la entrada, y espero impaciente.
Por si te da por aparecer...
A mi no me puedes engañar registrándote con otro nombre, porque tu nombre lo sabe Madrid entero, lo cantan los pájaros a las primeras claras del día, tu nombre esta dibujado en el suelo de cada parque, a golpe de hoja de otoño, y el viento juega con él.
Tu nombre se refugia del invierno en los portales, y sale a cara descubierta cuando rompe la primavera.
Tu nombre es incendio, tu nombre es eterno....ven, aparece, mirame a los ojos, que quiero sentir tus certezas y llamarte por todos tus nombres, quiero encontrarte aquí, subido a mi torre de Babel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario