lunes, 14 de diciembre de 2009

Children of a Major God.

Gorra roja de ACDC, camiseta de Bon Jovi, pelo largo descuidado en las puntas, zapatillas de deporte.
En la mano derecha un radiocassette de otra época, y en el vientre de esa máquina, una cinta de música.
El sonido se propaga por las cuatro esquinas del vagón de metro, una chica levanta la mirada de su libro, siguiendo las huellas dejadas por el estribillo de: " Living on a prayer"
Él canturrea con la voz liberada de normas sociales, con el alma volando, y las pupilas perdidas.
La censura planea de boca a oreja, de manera extravagante, y hay murmullos que repiten los adjetivos: "loco", " sonado"...también se escucha a lo lejos "un pobrecito" procedente de los labios de una anciana.
El sigue su concierto, y yo le envidio de manera profunda, al asomarme a sus pupilas e intentar imaginarme su mundo.
Porque esta tan lejos de aquí, de este vagón de metro en hora punta,de esta epidemia de periódico gratuito repetido y silencio sepulcral,de esta bocanada de incomunicación matutina.
Es un ser libre, y en su libertad canta, y altera la disonancia hecha a base de prejuicio, de temor a lo diferente, dibujando una nueva escena, añadiendo matices, empujando fuera del vagón y del mundo, todo aquello que se defina con la palabra "normal".
Última parada, los acordes de "Always" se liberan de las estructuras cerradas del vagón y desembocan en mil piruetas, recorriendo escalón a escalón las escaleras mecánicas.
En la cima le espera ella, pelo rubio, diadema roja, y pupilas perdidas también.
Celebran su encuentro con un beso, y mano sobre mano, caminan juntos, fuera de este mundo, rumbo hacia otro plano de la realidad.
Su mundo es el mundo y el nuestro una copia en blanco y negro......bendita locura..

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