lunes, 26 de abril de 2010

A la mañana.

Hay un murmullo de horas.
Que se acumulan en el registro de un nuevo día.
Una página en blanco.
Un corazón latiendo.
Un hombre que ríe.
Dos metáforas que sueñan.
Y tres intenciones de besarte.
De refugiarme en tus lugares.
En tu pecho.
En tu orilla.
Contando cada costilla.
Las horas no importan.
Mientras te vas probando los nombres.
Primero Rocío , después Mañana.
Mientras te toca mi verso.
Mientras te saluda mi alma.

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