jueves, 15 de abril de 2010

Mi cuaderno verde.

Un cuaderno verde.
Rodeado de gente.
Un lápiz de grafito.
Y la mirada de un niño.
Así me gusta escribir.
Desde hace poco hasta aquí.
Antes sólo utilizaba las teclas.
Música.
Y estas ventanas abiertas.
Ahora encontré la alegría.
De escribir en la calle.
En armonía con el sol.
En contacto con la gente.
Sintiendo los ojos de algún valiente.
Asomar.
A las páginas blancas de este cuaderno.
Que es luz para el enfermo.

Es sólo un instante.
Porque en el metro.
Me reservo los libros.
Sus historias bien adentro.

Tan sólo es un pequeño trayecto.
En autobús.
Al trabajo.
10 minutos.
En los que me abandono.
A mi lápiz, a mi cuaderno.
Al entorno.
De mis mares, de mi sangre, de mi todo.

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