miércoles, 30 de diciembre de 2009

Tiger Dream.

El sol es una mancha en el horizonte, una huella de tiempo, una mirada lejana y febril.
Las copas de los arboles compiten a codazos con las nubes por un trozo de cielo.
El viento, ese eterno adolescente o tahúr
remueve las piedras del camino; te pierdo la pista.

Hago una fogata con lo que queda de mi deseo incontrolado y te sueño,
acomodando a mi alrededor tus figuritas de fuego.
Cae la noche.

El sol se consume devorado por la luna en una danza mortal.
La luna herida por la batalla suspira, esparciendo su aliento brillante.
Las criaturas se liberan del yugo de la mañana y salen a cazar sueños.
Miles de sonidos rompen sus cadenas, compitiendo entre si  por un lugar en el pentagrama de la noche.

Entre las sombras se dibuja una silueta.
Unos ojos amarillos que me observan, me subyugan.
El rugido del tigre es la clave de sol, su figura acumula versos que se convierten en historias eternas.
El tigre escapó de su jaula y vino a verme.
Solo me queda morir devorado o convertirme en su igual.

4 comentarios:

  1. Si el fuego aún está encendido, puede que consigas distraerlo un poco. Analízalo, lee al tigre por dentro, no te limites a mirar su pelaje estampado. Gánate su respeto...o déjate devorar. O las dos cosas.

    Es la primera entrada que leo y ya me he decidido a seguirte :)

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  2. Me gusta el movimiento de la naturaleza reflejado en tus palabras.

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  3. Iñaki, me alegra un montón que te guste.
    Un abrazo
    Eusebio

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