lunes, 8 de febrero de 2010

El despertar del oso blanco.

El oso blanco abrió un ojo, el sol se filtraba por la cueva dibujando figuras en la pared.
Poco a poco fue desperezándose, y salió a duras penas de la cueva.
Fuera, la mañana era un remanso de luz.
Los arboles agitaban los brazos en reverencia, viéndole pasar.
El estómago empezó a protestar por el hambre.
Y vió a lo lejos un campo con frutos.
Acelero sus pisadas retumbando en el suelo.
Y cuando estaba en el umbral del campo amarillo.
Siete criaturas le rodearon apuntándole con unas lanzas de colores.
¿Quién osa atravesar los dominios del hada?
Un gruñido del oso fue la única respuesta.
Vino el hada azul para poner paz, y pidió disculpas al oso.
También hizo que se disculparan las siete criaturas.
Resultaron ser "recuerdos guerreros".
El oso sonrió divertido y se fue a la carrera detrás del vuelo del hada azul.
Por el camino intentó agarrar tres limones que le calmarán el hambre.
Pero resultó que lo limones salieron corriendo, cantando canciones.
Era una risa contagiosa.
El oso reía,el hada y los limones también.
Aquella carrera terminó en la corteza del árbol blanco.
Según cuentan los limones, allí se quedó un buen rato el oso blanco, frotándose la espalda.
De cada envestida, brotaba la risa y caían de las ramas canciones.
Canciones y poemas, que se convirtieron en emblemas.
De este mundo de magia.
De este mundo de ti.

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