Ya lo recuerdo.
Bajé al infierno.
De tus ojos.
De tu cuerpo.
De tu pelo.
Recorriendo tus heridas.
Sin demorar la partida.
Hasta el centro de ti.
Carón me invito.
Y mientras me engañaba.
Consumiendo mi vida.
En un callejón sin salida.
Yo te recordé a ti.
Recordé mi viaje.
Mi partida.
Mis heridas.
Que también se abrieron aquí.
Dolor.
El dolor era inmenso.
Como inmensas las distancias.
Cerré los ojos.
Y dejé que el fuego me quemase.
Mi fuego, tu fuego.
Mi vida contigo.
Mi vida sin ti.
Y en un instante comprendí.
Lo que el infierno era para mi.
Es necesario matarse.
Para volver a vivir.
Es necesario cerrar las heridas.
Para volver a sentir.
Y huérfano de vacío.
Libre del hastío.
Dejé de sembrar.
Recuerdos pasados.
Horizontes tiranos.
Y decidí buscarte a ti.
Desde aquí.
Recuperé mis ojos.
Después todo lo demás.
Mis miedos, mis versos.
Mis te quieros que regalar.
Miré a Carón.
Sin pestañear.
Y mi vida fue tan inmensa.
Que hasta la muerte me dejó marchar.
"Será que me hundí tanto.
ResponderEliminarQue caí tan profundo.
Que mordí tanto mi dolor.
Que llegue a este lugar… de líquidos y huesos.
De brazas y de lenguas.
Será posible que tú también hayas caído.
Que estés compartiendo infierno conmigo
Caja, sepulcro.
Encierro,
Agua y flor.
Las frutas y las flores de mi pecho
… Si no te las doy se pudren.
Se funden.
Cambian el color de mi piel
Cambian el timbre de mi voz
Cambian las articulaciones de mis huesos.
Me falta aceite soy de hojalata.
Estoy oxidándome en las profundidades de este dolor.
Pero… si es como tú dices.
Tomaremos maletas desde las entrañas.
Tú dirigirás la barca.
Y la luna será la luz necesaria
Aun en el centro del infierno.
Aun entre calaveras y demonios,
Disfrazados de amigos buenos.
Miraremos a los ojos de todos lo espectros
Ya conocimos suficiente dolor.
El dolor de la distancia
De los besos secos
De los horizontes sin sonrisas
De las canciones de despedida
De los cuartos sin luces de mesa.
Para alumbrar los perfiles de este amor.
La salida es un rumor en la superficie.
Un deseo con forma de guitarra.
Una canción que acuna la esperanza.
Un camino común para los dos.
Un poema inmenso de heridas fue el camino al infierno
Un poema repleto de besos es el acenso.
Y te dejo un beso y te dejo un canasto de sueños.
Pero los llevo de mi brazo izquierdo.
De mi mano derecha va tu mano.
Conduciendo mi canción".