El olvido es independiente.
No lo busques.
No esta aquí.
Para ti.
El olvido no es un abrigo.
Para tus heridas.
No se compra.
No se nombra.
Aparece.
Sin ser llamado.
Se instala en tu corazón.
Y avanza posiciones.
Reduciendo a cenizas.
Los recuerdos frágiles.
De ti.
De las memorias de carne.
De los campos de versos.
De los idiomas de besos.
De los nombres sin apellido.
De los horizontes sin estallidos.
De colores, de sabores, de pasiones.
Redactando epitafios de flores.
Sin tallo, sin dolores.
Quemando las fotos.
De espejos rotos.
Equilibrando tu diafragma.
Acolchando las costillas que crujen.
Que sin quererlo rugen.
De pasiones desmembradas.
De lunas renombradas.
En calendarios marcados.
De los labios del pecado.
Llega y mata.
De manera elegante.
Un cuerpo, unos labios, una emoción.
Un recuerdo compartido, una canción.
Y después borra las huellas.
Sin dejar rastro alguno, de la pasión.
Precioso poema, nunca se olvida lo que se ama, el olvido está lleno de memoria, como dice Benedetti en un maravilloso poema:
ResponderEliminarHay quienes imaginan el olvido
como un depósito desierto,una
cosecha de la nada y sin embargo
el olvido está lleno de memoria.
Un beso