sábado, 6 de febrero de 2010

Wednesday morning.

El sol era un turista de brazos abiertos.
Las nubes danzaban entre sueños.
Eran los depósitos de la noche.
Las metáforas tardías de la luna.
Era miércoles de invierno caído.
De escarcha entre los dedos del pie.
De apocalipsis repetido.
De horizontes helados del amanecer.
Abro los ojos, un día mas.
Mi cara es el bosque de nunca jamás.
Me lavo la cara frente al espejo.
Y saludo sin ganas a mi reflejo.
Hoy toca cuchilla.
La busco de cuclillas.
Entre los cajones del olvido.
Y me preparo para el cortejo.
Para el exterminio del bosque.
De mis recuerdos.
A cada envite de la cuchilla.
Responde una imagen.
De ti.
De tu cuerpo, de tu pelo.
De mis ganas de ti.
Danzan amables todos tus nombres.
Todos tus labios.
Todos tus besos.
Algunas veces dueles mas que otras.
Y la sangre brota.
De mi piel.
Son las heridas del desengaño.
De pasados veranos.
De horizontes lejanos.
De memorias de versos de ti.
Y duele la herida.
Pero sigo cortando.
Porque la vida no se detiene.
Porque te espero a la semana que viene.
Aquí.
Donde siempre, con la cara inmaculada.
De ti.

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