sábado, 22 de mayo de 2010

Cena fría.

La cena se enfriaba en la mesa.
La ventana abierta, mostraba lo que la noche nunca esconde.
Porque los rayos de luna, siempre levantan las dudas.

Pablo se mira al espejo.
Fue a lavarse las manos, una tarea rutinaria, sin mas importancia.
Pero quedó atrapado por su imagen del espejo.
Y lucha a muerte con su reflejo.
Que le empuja hacia dentro, de su tormento.

Sus caras de niño, sus miedos primigenios.
Acuden al desenlace.
De la muerte de una parte, de su calma.
Y mientras rebusca entre su alma, su corazón se para.
La vida vuela.
La muerte llega.

Será otro hombre, el que se sentará en la mesa.
Y haciendo muescas por la cena fría.
Enfocará la noche desde una nueva partida.

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