Amargo.
Resulta el último poso de café.
Cuando el tiempo viene golpeando.
De fuera hacia adentro.
Territorio vacío el pecho.
Cuando no hay minuto.
Que cabalgue los tejados.
De cada sembrado.
Y la vida es lo que queda de cielo.
Cuando las estrellas se exiliaron, primero.
Del desconcierto de luna.
Que abarca y no mira.
Que siente y no muestra.
Que se vuelve menguante.
Desde mis hombros.
Para que aguante.
El peso del cielo.
Cuando no hay mas anhelos.
Que los sueños persiana.
Que se abren a mi frente.
Que se cierran a mis dudas.
Y que viven del después del genocidio.
De tu piel.
Que se mudó a otro cuerpo.
Mientras yo buscaba en el cielo.
Y no encontraba argumento.
Para decirte.
Lo que ahora callo.
Lo que quizás sueño.
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