miércoles, 19 de mayo de 2010

Coffee.

Frente a la máquina del café.
Perdido en divagaciones.
Mientras el vaso se dispone.
A recibir el calor.
Se propaga el aroma.
Que se mezcla con las imágenes.
De sus miradas, de sus recuerdos.
Del portal que tiene abierto hacia adentro.
En ese momento.
En que la sala se llena de gente.
Chaqueta y corbata.
Conversaciones pendientes.
Convenio, horarios, jornadas.
Y el Jefe cabrón en todas las cruzadas.
El no se inmuta.
Apenas pestañea.
Mientras espera.

Alguien golpea la maquina de al lado.
Se gira y observa.
El corazón se dispara.
Mientras contempla fascinado, un cuello tatuado.
Una frase de lado a lado.
Y recorre el camino de las letras.
Intentando descifrar el significado.
De porque el corazón esta dislocado.
De esa manera, sin conocerla si quiera.

El tiempo se detiene.
Cuando ella se vuelve.
Y se miran.

En mitad de las ruinas.
Del prisma de la rutina.
Vuelve la inspiración.
Mensajera del encuentro.
De dos viajeros.
A mitad de trayecto.
Entre los labios y el cuello.

2 comentarios:

  1. Me parece muy bueno este poema y muy original escribirlo a partir de algo tan cotidiano como una máquina de café, el día a dia en cualquier oficina o cualquier puesto de trabajo. Enhorabuena.

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  2. Muchas gracias por tu comentario :)
    Un abrazo Grande!!

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