viernes, 12 de marzo de 2010

Fracture

Hay un incendio en el cielo.
La luna bajó al mar.
Presa de su reflejo.
Se quebraron todos los espejos.
Las coordenadas de las constelaciones.
Saltaron en todas direcciones.
Y yo que creía controlar mis pasos.
Yo que tomaba el cielo como referencia.
Cuando la vida devoraba mi paciencia.
Ando, ahora, perdido de norte.
Devorado por el sur.
Que es un alud gigante.
Que se clava en mi vientre.
El sístole y el diástole son enemigos intimos.
Uno late por mi.
Otro se desentiende.
Viviendo por accidente.
Lejos de aquí.
Y yo sin cielo.
¿ A que espero?
¿A quién dirigiré las preguntas.?
Cuando se quiebre mi cintura.
Por la locura.
De pronto arrojo la escalera.
Que durante mi vida entera.
Acercó mis huesos a la luna.
Y desempolvo el traje de marinero.
Para entregar mi corazón entero.
A la fractura del cielo.

1 comentario:

  1. Hoy te hablo directamente.
    A ti.
    A vos.
    Aun no pasan 60 días,
    De Aquella vez que leí…
    Un dolor similar.
    Un dolor de pérdida y de abandono.
    Un dolor de fractura, de herida.
    De caída de las cosas que uno evoca.
    De caída de Dioses, y de lunas.
    Y me encontré inscribiendo.
    Y asistiendo, a esos dolores.
    Con mi espíritu rebelde.
    Sosteniendo, que sí, se puede a pesar de todo.
    Porque si antes quería reconstruir esa historia.
    Y revivir esa hada que mandaste a un cuento.
    Ahora, me convierto en luna.
    Me trasformo en agua.
    En escalera, en huesos.
    Si tus dolores son más grandes que tu pecho.
    Te ofrezco mi esternón.
    Mi herida.

    No dirijas preguntas.
    Afirma.
    Llega.
    Explota.
    Nace.
    Vibra.
    Sueña
    Vuela.

    No tienes idea, te lo dije hoy.
    No tienes idea.
    De todos los modos en que asistiría a tus preguntas.
    Y a tus tristezas.
    Y no reparo en lo que digo.
    Por que no interesa.
    Interesa que solo lo sepas.
    Que lo leas.
    Que lo sientas.

    Que cuando leí por primera vez esa antigua fractura
    “Fairy”
    Y me volqué liquida a escribir.
    Ya sabía que estabas loco.
    Chiflado.
    Desordenado.
    Despistado.
    Y herido.
    Con retazos de sombras.
    Entre el pecho y el vientre.
    En las manos.
    Y algunos pocos en la espalda
    Y en las piernas.

    Esas manchas.
    Son eternas.
    Pero te visten.

    No se pueden ocultar.
    Se leen.
    Son como mis fantasmas.
    Son como mis brujas.

    Son como mis fracturas.

    El mundo esta fracturado.
    Tu continente, coincide con el mío.
    Si no fuera, así.
    No hablaría de mares, y océanos en mis poemas.
    Hablaría de llegar después de mucho caminar, y saltar montañas.
    Hasta alcanzarte.
    Pero esta el agua.
    El trasporte liquido.
    Y arriba, el cielo.
    Que es espejo.
    Y ahora, por tu poema.
    Lo has dejado sin luna.
    Y como defiendo a las hadas.
    Defiendo también a la luna.
    Te defiendo a ti al defenderla.
    A ti.

    A vos, de vos mismo.
    Es gracioso.
    Pero este chiste es parte del poema
    Y es parte de la vida.

    ¿Sabes que hago ahora mismo?

    Fracciono mi alma.
    Nuevamente.
    Y la comparto con la luna.
    Un poco te la he dado, fraccionada en cada escrito.
    Un poco ahora con la luna.
    Menos mal, que ya sé,
    Que las almas, son infinitas.
    Y que puedo fraccionar mi alma.
    En todos los objetos.
    En todas las palabras.
    En todo, lo que sea necesario,
    Para asistir a tus fracturas.

    Tu, poema me reinventa.
    Te voy a saludar, nuevamente.
    Como si no te conociera.

    “la verdad,
    Que suerte encontrarme con su blog,
    Y con su escrito.
    Discúlpame si hago de este un comentario un poema.
    No se hacerlo de otra manera, pero se que eso es algo que usted me lo permite.
    Lo saludo y lo felicito muy buen poema”

    Algo así te dije,
    Además de esto otro…
    Que ahora revivo.

    “Solo quiero estrellarme contra la luna
    Y brotar de esa herida,
    Y ser una esfera aun más cristalina.
    Una libélula espacial que la confunden con hada.
    Un astronauta perdido.
    Un silencio después de un suspiro
    De la bomba de tus ojos, tan cerca de los míos”.


    Estoy tanto, o mas loca que tu.
    Y no tengo traje de marinero, ni de marinera.
    Y no soy ni sirena, ni estrella de mar.
    No soy muchas cosas.
    Soy muy poco.
    Soy solo esto.

    Un poco herida.
    Un poco fracturada.

    Con algo de perfume a limón, a violetas, y a menta.
    Alguien… que hasta hora (3am)
    Debería estar o durmiendo, o encontrándose contigo
    En alguna esfera.

    Estoy tan loca como tu.
    Y a veces me gusta desplegarme.
    En este charco blanco
    Con mis letras.
    Me gusta el aroma
    De tus poemas.
    Más allá, de lo que digan sus letras.
    Cuando eres niño, cuando eres mago.
    Cuando eres un hombre, herido, o apasionado
    Cuando eres un mago chiflado de otro mundo.



    Eusebio, Sandi, Maguito.
    Esta vez, me pase con mi comentario.
    Disculpa.
    Pero como dije antes.
    “se que tú me lo permites”

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